Nuestra piel
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y está compuesta por billones de células. Al nacer, nuestras células están intactas, llenas de vida y con los niveles hormonales y vitamínicos óptimos, lo que permite que nuestra piel esté suave, tersa e hidratada. La piel nos ayuda a relacionarnos y a protegernos del exterior, tiene una función barrera fundamental.
Con el paso de los años, debido a la relación con el entorno (sol, polución, humedad) y nuestras propias funciones vitales (oxidación) hacen que todo esto se vaya modificando y empieza el proceso de envejecimiento. Esto hace que esas células vayan perdiendo agua y turgencia , deteriorando y oxidando la piel y generando deshidratación, arrugas y manchas.
Por todo ello, es necesario que un médico experto analice el estado de nuestra piel para determinar qué nutrientes y principios activos necesitamos volver a introducir en nuestra epidermis para re-equilibrar nuestras células y regenerar el estado de la piel, llevándola de nuevo a su estado original.